Trajimos de casa un objeto de color amarillo y se
lo enseñamos a todos, diciendo lo que era y su color, lo que nos hizo practicar
la expresión oral.
Con los
objetos que trajimos de casa, montamos en nuestra clase el rincón del color amarillo. ¡Mirad qué bonito quedó!:
Aprendimos la
poesía del color amarillo y la coloreamos entre todos.
Jugamos plastilina de color amarillo.
Cada uno hizo su libro del color amarillo.
¡Así de bonito nos quedó!:
También exploramos una fruta de otoño, también de color amarillo, el membrillo.
Observamos su forma, hablamos de su color, la tocamos y la olimos.
Y por supuesto, lo mejor llegó al final. Almorzamos un delicioso membrillo con biscotes de pan tostado.
¡QUÉ RICO ESTABA!
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